La
producción de métodos o modelos para el diseño de hipertextos ha sido
relativamente prolífica en el periodo comprendido entre finales de la década de
los ochenta y la primera mitad de los noventa. A partir de la segunda mitad de
los noventa se produjo un cambio de tendencia provocada por el rotundo éxito
del servicio World Wide Web de Internet. Este nuevo medio generó un uso
masivo del hipertexto a pesar que su objetivo principal no era el hipertexto en
sí, sino el acceso a la información remota por medio de las redes telemáticas
mundiales. La presión de millones de usuarios ha convertido a la tecnología Web
en un estándar "de facto" para la creación de hipertextos.
Esta situación ha provocado que muchos trabajos
sobre el diseño de hipertextos realizados durante los últimos años de la década
de los noventa tengan como referente la tecnología Web. No obstante, la mayoría
de estas propuestas son ampliaciones o reformulaciones de modelos creados a
principios de la década.
El ámbito científico relacionado con el diseño y
desarrollo de hipertextos no es homogéneo. En algunos casos se trata de
metodologias completas que incluyen les tras fases del ciclo clásico de la
ingeniería del software (análisis, diseño e implantación) como la RMM
(Isakowitz, 1995); en otras ocasiones se trata solo de modelos abstractos para
representar la estructura del hipertexto HDM (Garzotto, 1993); hay propuestas
centradas en el diseño de las aplicaciones informáticas para crear y gestionar
el hipertexto que incluyen también el diseño del procesamiento de la
información (Stotts, 1989; Tomba 1989; Lange 1990); en cambio otros trabajos
están centrados exclusivamente en el diseño de la estructura estática de la
información (Schwabe, 1995; Isakowitz, 1995).
A pesar de estas diferencias, todos los autores
proponen en la fase de diseño distintas perspectivas para observar y después
representar un modelo del hipertexto. Es muy distinto centrar la atención en
las características de la base de datos que almacena la información del
hipertexto que observar la estructura de enlaces que el usuario utilizará para
navegar por un determinado conjunto de nodos. Cada perspectiva permite realizar
un modelo formal para representar aspectos complementarios del hipertexto.
Todas estas representaciones se integran por medio de zonas fronterizas de
encaje.
El problema está en que cada autor delimita
perspectivas, fronteras y formas de encajar distintas. A menudo estas
perspectivas se identifican como "niveles" o "capas"
formando en su conjunto una "arquitectura del hipertexto". Algunos
autores ordenan las capas de concreto a abstracto. Parten de los aspectos más
físicos relacionados con la implementación, van subiendo hacia perspectivas más
lógicas, como por ejemplo la estructura de navegación, para finalizar con la
interfaz de usuario o capa de presentación (Isakowitz, 1995); en otras
ocasiones el contenido del hipertexto también forma una capa convenientemente
relacionada con las otras perspectivas abstractas (Halasz, 1994).
Hay modelos formales del hipertexto que no tienen
el objetivo de facilitar el diseño sino de permitir la comunicación y el
intercambio de información entre distintos sistemas de gestión de hipertextos
(Lange, 1990; Campbell, 1988). Este tipo de trabajos sirven de referentes para
posteriormente crear metodologias para el diseño.
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